Estamos en territorio francés así que sé amable y aprende a decir Bonjour.
Veo el corazón que esconde el lago y ese es mi destino, nada podrá detener mi objetivo, veo el lago que esconde la montaña nada me podrá parar, subiré y subiré y seguro que te encontraré, da igual el repecho, da igual el desnivel, da igual las señales de rendición que me muestran las caras cansadas, te encontraré.
Bueno un pelín de inspiración sin sentido jajajaja pero esta ruta te invita a cosas como estas y también a la rendición, esta ruta te saca los colores y mira que no es nada de otro mundo y seguramente para los más experimentados esta ruta es pan comido, pero para mi fue un verdadero reto, si te digo que no hay apenas un llano es quedarse corto, subes durante más de 4 quilómetros y tiene una exigencia tremenda, no estaba en forma y llevaba muchas semanas con el ayuno intermitente así que se me esfumaron las fuerzas.
Leí hace tiempo unas palabras de la Biblia que decían algo así, “quién de ustedes que quiere construir una torre no se sienta antes a calcular los gastos y ver si tiene suficiente para terminarla” (Lucas 14:28). Esta ruta es como esa torre amig@, antes de hacerla piénsalo bien.
Llega un momento en la ruta que te da igual todo, dejas de querer ser el primero, dejas de forzar la marcha para que te pasen, la lucha deja de ser con los demás y solo es contigo y luego piensas… “que me pasen, que se vayan y que cojan el mejor sitio del lago, que pongan su nombre en algún rincón, me da verdaderamente igual y asi es la vida amig@ acepta tus limitaciones pero jamás te rindas, estas en guerra y no en una batalla y en una guerra hay muchas batallas, solo mantente operativo en muchas de ellas.
Estando en la cima me hice la siguiente pregunta, ¿es esta una ruta que recomendaría a mis seres queridos?
Lo cierto es que no sabía cuál era la respuesta.
Te gustan los retos? Pues aquí tienes uno, el Lac du Montagnon, ánimo.
Todas las fotos hechas con el teléfono excepto las 9 ultimas.